La selección nacional le ganó por 1-0 en el tiempo extra a Colombia con un gol de Lautaro Martínez, para retener el título y volver a coronarse en la máxima competencia del continente.
En la previa todo era felicidad para ambos países, el ambiente era espectacular. La gente marcaba el color en Miami. Con el pasar de las horas, el celeste y blanco, y amarillo pasaron a gris por los incidentes en el ingreso al estadio, totalmente lamentable. Gente que tenía entrada se quedó afuera y otras que no tenían, pasaron. Disturbios, heridos y conflictos era lo que se respiraba a minutos de la gran final, por lo que se llevó a que el partido se demore una hora y cuarto. Totalmente repudiables estos hechos, algo que no puede volver a pasar, lo único que genera es angustia, preocupación y bronca a gente que solo quiere ir a ver un espectáculo. Tristísimo, ojalá no vuelva a suceder nunca más.
Ahora sí, después de más de 80’ de retraso, pudo rodar la pelota. Dejándonos unos primeros 20’ muy buenos de Colombia que arremetió a Argentina, asustándolo por momentos con desbordes y centros atrás pero sin concretar el gol. Poco a poco la albiceleste empezó a levantar, al minuto 35’ Messi hizo una gran jugada individual y tras dar el centro atrás, recibió un golpe de Santiago Arias que lo dejó muy dolorido, recibió atención y pudo continuar entre algodones. Poco más pasó en el primer tiempo, que se jugó con el corazón más que otra cosa, se vio poco fútbol en esta mitad.
El segundo tiempo tampoco cambió demasiado, se notaba la tensión y nerviosismo de ambas partes. Partido disputado y trabado. Al minuto 66, el capitán argentino se desplomó al suelo de dolor, pidiendo el cambio y saliendo entre lágrimas. En imágenes podemos apreciar la inflamación en su tobillo derecho. En su lugar ingresó Nicolás González.