El telón del torneo fue abierto con una cómoda victoria frente a Kenia por 24-0 (Marcos Moneta [3] y Joaquín Pellandini), un resultado que se definió por el arsenal de individualidades que poseen Los Pumas, algo que los llevó a tener el control durante todo el encuentro.

En su segunda presentación, los argentinos doblegaron a su par británico por un ajustado 19-14 (Luciano González [2] y Matteo Graziano), resultado que selló la clasificación a cuartos de final y que se entiende a partir de una supremacía en el juego fisico, aspecto que terminó siendo determinante.

Otro elemento destacado, en el que hubo una notoria mejoría con respecto a las anteriores etapas del circuito, fue el defensivo: los rápidos reposicionamientos del bloque argentino, los relevos a la hora de ocupar los espacios libres y la solidez en los contra-rucks, hicieron que los europeos se vayan al descanso con las manos vacías. A pesar de esto, Gran Bretaña resurgió sobre el final del encuentro con 2 tries que no les alcanzaron para llevar el partido al tiempo extra.