El Decano atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente.
Ubicado en la 29° posición de la tabla anual, Atlético Tucumán suma apenas 10 puntos en 13 partidos y, por ahora, ocupa uno de los lugares de descenso.

Con este escenario en mente, cada partido pasó a ser una final.
Así lo sentimos el sábado, cuando fuimos al entrenamiento y vimos de cerca cómo Lucas Pusineri, cuerpo técnico y jugadores ajustaban detalles antes de un duelo decisivo: el próximo lunes, a las 17:15, en el estadio Islas Malvinas, frente a Godoy Cruz.

El clima en el predio se percibe tenso.
Los de 25 de Mayo y Chile saben que esta semana será clave: primero viajarán a Mendoza para medirse ante el Tomba, apenas termine el partido regresarán en vuelo chárter, y en tan solo 48 horas deberán afrontar el postergado frente a Independiente, suspendido el viernes anterior por la tormenta en Tucumán.
Y como si todo esto fuera poco, cerrarán el Torneo Apertura en casa, enfrentando a Lanús, en un partido que todavía no tiene fecha ni horario confirmado, pero que se jugaría entre sábado y domingo.

Sobre esta exigente agenda, Pusineri fue contundente: “Nos jugamos mucho en estos tres partidos. Necesitamos sí o sí sacar resultados, no importa cómo”.

Sin embargo, el entrenador pidió enfocarse en lo inmediato: “Vamos a ir paso a paso. Primero, Godoy Cruz; después, Independiente”.

En diálogo con nosotros, Lucas también analizó al rival mendocino, que viene de empatar ante Gremio en Mendoza y que lidera su grupo en la Copa Sudamericana, aunque muestra cierta irregularidad en la liga local: 

“Es un partido muy complejo. En la copa les va muy bien, pero en el torneo les está costando un poco más”.

No obstante, advirtió sobre sus virtudes:

“Es un rival molesto, que tiene jugadores jóvenes, que van siempre para adelante. Son partidos muy incómodos”.

Frente al difícil presente, el mensaje es claro:

“Nosotros necesitamos ganar. No importa la forma: lo único que nos sirve es traer los 3 puntos”.